jueves, 21 de agosto de 2008

Esta imagen que para algunas personas pueda que sea tierna por la gran sensibilidad que despiertan estos dos pequeños niños entre los observadores, efectuando un acto de tanto cariño como lo es un beso; en su interior no tiene nada de tierno y encierra una gran cantidad de aspectos que hay que analizar más a fondo, como por ejemplo preguntarse la razón por la cual el niño trae puesto un traje de baño femenino, y por que la niña trae puesto un traje de baño masculino, y las respuestas a estas preguntas pueden ir encaminadas hacia el mismo lugar, puesto que, se puede estar indagando acerca de la verdadera sexualidad que puedan tener los hombres y de las mujeres en general, la cual puede definirse como lo demuestra la imagen desde muy corta edad, y en este sentido esta imagen puede tornarse algo repugnante, puesto que es impropio utilizar a dos pequeño niños para demostrar la sexualidad que estos puedan tener. Por otro lado muy alejado de lo sexual podría decirse que la imagen se encuentra acompañada por una serie de actos irresponsables de sus respectivos padres, al dejar a ambos pequeños expuestos a cualquier peligro en una solitaria playa.

Esta simple imagen aunque cuenta con un fondo espectacular, en el cual se ve un atardecer en la playa bellísimo, representa como una mujer ya de avanzada edad, con una forma de vestir que deja mucho que desear y envuelta en una soledad absoluta, después de haber visto crecer a sus hijos con gran satisfacción y haberlos visto marcharse para que cumplieran sus sueños y metas, no tiene con quien disfrutar de este apasionante, romántico y hermoso atardecer que le otorga la vida, y encuentra como su única compañía se convierte en un can, que tal vez no quiera satisfacer el deseo de su ama de querer tener a alguien a su lado, debido a que puede encontrar una mayor satisfacción incluso jugando con su cola, con una pelota, o en el peor de los casos hasta durmiendo. Esta persona fácilmente podría representar a la típica mujer cuarentona que al no tener con quien pasar sus días y disfrutar de los placeres de la vida, encuentra como únicas salidas salir a pasear con su perro o esperar a que sus ingratos hijos les de el placer de ir a visitar una tarde a su solitaria madre y brindarle a ella la oportunidad de poder disfrutar con sus seres queridos los grandes placeres de la vida como lo es este hermoso atardecer y no desperdiciarlo con un animal con el que no podrá disfrutarlo en su totalidad.